Después de esto pasarían 18 años hasta que el solar dejado por el convento fuera ocupado por el edificio de la Delegación de Hacienda.
Así acaba uno de los episodios mas lamentables de la historia urbanística de nuestra ciudad. Actualmente quedan en pie unos restos ignorados en un patio interior de las casas de la calle San Francisco, los cuales están declarados Monumento por la Dirección de Patrimonio Histórico Artístico del Gobierno Vasco.
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