En 1924 se ultimaba el derribo de este singular inmueble
del casco histórico vitoriano. Eulogio Serdán escribía así sobre él a cuenta de su derribo: “La contextura palatina de la derruida vivienda,
blasonada con artístico escudo en su puerta de entrada y con singular
arquitectura de ornato, así como también su situación a la entrada de la calle
Cuchillería, nos indica que la nobleza de nuestra ciudad tenía casas fuertes a
una banda, con Alcaides en ellas, que eran caballeros, cuyas eran las casas por
las cuales entonces el pueblo se regía, no admitiendo al gobierno sino gente
noble, de la cual no había poca”. (Fuentes: Heraldo Alavés, 30 de diciembre de
1924)
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